jueves, 31 de julio de 2014

Corto Maltés

Hoy, aunque está nublado, hemos recogido a los niños y hemos ido al barco. La semana pasada salimos todos los días, hemos dejado muchos recados pendientes y se nos han pasado dos días de esta semana que ha hecho buenísimo. 

Fondeamos en Pedreña y mientras los niños merendaban, acabamos el bricolaje pendiente del candelero. Al final, hemos colocado un taco de nailon (un taco para pared) en el agujero de la pieza de aluminio, con la rosca que está comida. Parece que ha quedado bien. El tornillo pasante de la cubierta agarra bien en el taco, y por el efecto del tornillo, la pieza de aluminio hace presión sobre la arandela y la junta de goma. El candelero no se mueve y parece que la gotera está arreglada.

Cuando estábamos en plena faena, apareció el Corto Maltés y fondeó al lado nuestro, también es un habitual de la playa de Pedreña. Al acabar el bricolaje, Ignacio y yo nos bañamos y nos fuimos nadando al Corto Maltés. Estuvimos charlando un rato y como es habitual, Álvaro le hizo coger a Ignacio un regalo de su mochila y otro para Sofía.

La ida.

La vuelta.

El día no estaba muy caluroso, y después de los baños de ida y de vuelta, hacía frío, así que nos fuimos enseguida con el génova a Puertochico.

domingo, 27 de julio de 2014

Clima mediterraneo

Este fin de semana hemos tenido un clima mediterráneo, nordestes suaves, mucho sol y calor. Hemos pasado el sábado y el domingo en el barco.

Llenamos el depósito y la ducha solar de agua y salimos de Puertochico a las 16:30. Fondeamos directamente en la playa de Pedreña para evitar la aglomeración al menos durante la tarde, aunque luego nos iríamos al Puntal, ya que nos quedaríamos sin calado por la noche. Nada más llegar, nos bañamos todos y después de la merienda, bajamos los niños y yo a la playa, Mar se quedó tomando el sol. La verdad es que el bote está dando mucho juego, porque el barco se les queda muy pequeño a los niños, todo el día encerrados.


Ignacio y Sofía bañándose en la playa, al fondo, entre los reflejos del sol en el agua, el Savreh..

A las 20:30, nos fuimos de Pedreña, ya se estaban marchando la mayoría de los barcos del Puntal y al estar la marea más baja y marcarse más la canal, queda más claro donde fondear tranquilamente toda la noche. Solo hay que averiguar que barcos se van a quedar a dormir y cuales se van a ir, para tratar de estar lo más separados posible de los que se van a quedar. Cuando se puso el sol, cenamos todos juntos, porque teníamos un hambre atroz.


 Preparando la cena, con el sol poniéndose y con una temperatura excelente, a pesar del relente del anochecer..
Aunque no había luna, el cielo estaba muy despejado y la oscuridad tardó en llegar.

Los niños se acostaron juntos en la litera de proa, pero tardaron en dormirse debido a la excitación del día.

Por fin cayeron rendidos.









Aviso a navegantes: el que se quiera ir a dormir al puntal, va a encontrar un paisaje estupendo, una experiencia, el estar el primero en la playa al día siguiente, una cena romántica a la luz de una lámpara de petróleo bajo las estrellas, etc. Lo que no va a encontrar es un remanso de paz y tranquilidad, fuera de la ciudad, donde no se oye un ruido, y menos en pleno verano. Los dos chiringuitos, el del primer y el del segundo embarcadero, ofrecen cenas y fiestas por encargo, que duran hasta la una y media o las dos. 

Los que se han quedado varados durante la tarde, no les queda otra que irse a los chiringuitos a hartarse de gin-tonics o cubatas mientras esperan a que les alcance la marea. Cuando ya es de noche y se han acabado las fiestas, cierran las barras o les ha alcanzado la marea, se van andando dando tumbos hablando a voces y entre risas hasta el barco y sacarlo. Si encima estas fondeado en su camino de vuelta y tienen que pasar a tu lado, como por las voces ya sabes en que condiciones van a gobernar su motora, tampoco duermes muy tranquilo pensando si te van a ver o no, pese a la luz de posición.

Pese a lo que me quejo, merece la pena y es una gran experiencia, sobre todo por el amanecer, mucho más tranquilo. Cuando salí a la cubierta, estaba bajando con fuerza la marea, y arrastraba mucha espuma y suciedad del río Cubas

Fijaos la espuma que baja con la corriente, y la que se ha acumulado en la proa del bote.

 A la hora del desayuno, ya estaba calentando el sol.

Cuando por fin se despertó Ignacio, bajamos todos con el bote y nos fuimos a dar un paseo por tierra. Nos bañamos en las Quebrantas, que es la playa que está al otro lado de la lengua de arena del Puntal y que da directamente a la canal principal de la bahía de Santander. Es una playa más fresca, porque está descubierta al nordeste, tiene olas, directamente del mar, que en la parte de Somo y Loredo aprovechan los surfistas y normalmente el agua está más caliente.

Después de bañarnos de nuevo en el Puntal y comer en el barco, aquello se estaba poniendo imposible, no hacían más que venir barcos y al estar fondeados en plena canal del Puntal, nos pasaban a 30cm, incluso una chica con una motora nos abordó, ¡y encima dijo que no nos había visto! Por fortuna no pasó nada, pero después de comer, en cuanto pudimos, nos fuimos de nuevo a la playa Pedreña.

 El Puntal estaba a tope.

A media tarde hacía tanto calor y el sol pegaba tan fuerte que únicamente se podía estar abajo, a la sombra, intentando descansar un poco. A los niños les pusimos la película de Nemo, pero no se estuvieron quietos mucho rato.

 Viendo la película en la litera de proa.

Cuando refrescó un poco, bajamos de nuevo a Pedeña, amarramos el bote a una piedra y echamos un rato en la playa, bañándonos y jugando con la arena. Ignacio ya nada "a perrito" sin manguitos, ha perdido el miedo, y se cree que puede llegar a todos lados nadando.

Volvimos a vela Santander a las 20:30, con el génova, plenamente satisfechos del fin de semana y sin provisiones, Ignacio llevó la caña un rato.

 Ignacio a la caña.



jueves, 24 de julio de 2014

... y van cuatro

Cuatro días seguidos que sale el Savreh, esto para Santander va siendo record, sobre todo después de lo malo que ha hecho.

Como las mareas siguen siendo favorables, con pleamares por la tarde, hemos vuelto a la playa de Pedreña, los cuatro. El día está de oeste flojo, que al final son los mejores días para ir a la playa. Vamos a motor y fondeamos. Ignacio y Mar no pueden aguantar el calor más y se bañan enseguida, Sofía se ha quedado dormida durante el viaje de ida y está en la litera de proa. Yo me baño también y aprovecho para limpiar con un cepillo la línea de flotación. Este año no he subido a carenar y se empieza a notar, cada vez tengo que cepillar los fondos con más frecuencia.

También me pongo con un bricolaje pendiente. Uno de los candeleros de babor está suelto. La rosca interior de la pieza de aluminio maciza que recoge la barra horizontal del marchapiés y el candelero está desgastada y no agarra el tornillo de acero que atraviesa el casco. Además de dejar el candelero suelto, por el agujero de la cubierta entra agua. 

La pieza maciza de aluminio está suelta.

He apañado una solución provisional que no agarra mejor el candelero pero evita que entre agua. Tengo que estudiar como hacer que agarre de nuevo el tornillo de acero en la pieza de aluminio.


Luego fuimos los niños y yo en el bote de exploración, Mar se quedó en el barco. Fuimos remando hasta la depuradora de Pedreña y volvimos al barco. Una buena remada a la que no estoy acostumbrado. 



Sofía coloreando.

miércoles, 23 de julio de 2014

Nordeste pero menos

Hoy sin niños y con menos nordeste, comemos un bocata después del trabajo y salimos Mar y yo solos. 

Vamos sólo con el génova hacia la playa de Pedreña. Por el Páramo, que así se llama a los arenales de la bahía de Santander sumergidos en pleamar, están entrenando unos "Nacras" canadienses y americanos. Van como "espukniks" y dando saltos encima del agua con un solo patín, nos cruzan unos cuantos la proa, y para evitar que nos den otros dos, tengo que arribar, poner popa al viento y dejarles pasar. No parecía que me estuviesen viendo por sotavento. No es por ser agorero, pero este verano igual vemos alguna colisión.

Unas niñas de escuela de vela pasando algunos apuros.

Estuvimos fondeados tomando el sol y a las dos horas nos volvimos otra vez con el génova.

Aprovecho hoy que no hay mucho que contar para descubrir a mis "cientos" de lectores como fondear en la playa de Pedreña:

Lo primero que hice, un día de calma es dejar varar el barco cuando sube la marea. Luego miré en un gráfico de mareas que tiene la aplicación de NAVIONICS descargada en el teléfono móvil, los metros que marcaba, en este caso 1,50m de altura de marea y la hora local. Cogiendo una alineación paralela a la playa y dejando 20cm de margen ya se a que hora y donde se puede quedar varado el barco.

No hace falta pegarse a la escollera, pues hay casi la misma profundidad. La alineación que tengo cogida es la enfilación de la marca verde de la escollera de la canal de Pedreña con la escuela de vela de la Horadada. Esta alineación marca una línea paralela a la playa de Pedreña que no hay que atravesar, y que a partir de la hora en que la altura del agua sea menor de 1,70m, hay que largarse.

Si te lo "curras" un poco, puedes fondear casi todos los días, durante muchas horas, protegido de la ola del nordeste y de las de los barcos que pasan por la canal de Pedreña y prácticamente solo, evitando la aglomeración del Puntal y sin corrientes de marea. El año pasado, conseguimos dormir una noche entera fondeados en esa posición, después de ver los fuegos artificiales en el Sardinero.

Desvelo "mi secreto" por si alguno me quiere acompañar. Hay unos pocos habituales del fondeadero que ya lo conocemos.

martes, 22 de julio de 2014

Nordeste

Como os dije ayer, aquí están los nordestes, quizá demasiado, durante toda la tarde ha estado soplando de 18 a 20 nudos.

La marea nos daba de margen hasta las 19:30 para fondear en la playa de Pedreña, más protegidos de la ola y de la aglomeración del Puntal. Salimos los cuatro habituales, después de comer. 

Los niños pudieron ver el resultado de la colonia que hicieron en la isla de la Campanuca. Huele bien y es de color verde, la dejaremos en el barco, por si amarramos en algún puerto elegante y hay que salir arreglados a cenar.


Ignacio y yo fuimos con el bote a la playa, Ignacio se bañó y enseguida volvimos. Sofía y Mar se quedaron en el barco haciendo pulseritas de gomas de colores, que están muy de moda este verano entre los niños.

Cuando estaba a punto de tocar la orza en el fondo, recogimos y volvimos a Puertochico con el génova aunque seguía haciendo mucho viento y ola de nordeste. Sofía se quedó abajo pintando y se le caían todo el rato las pinturas de la mesa de cartas, incluso el cuaderno. El dibujo no le quedó mal después de todo.

lunes, 21 de julio de 2014

Solo

Distancia: 5,5 Mn
Duración: 2h 6"
Avs: 2,8 kns

Hoy parece que va a acabar la inestabilidad de estos días y se va a establecer el nordeste durante esta semana de una vez. Por la mañana ha diluviado, al mediodía ha despejado, y ahora soplan nortes suaves que rolarán al nordeste.


Soy el primero que sale de Puertochico a las 15:00, solo, y la bahía entera para mi solo también. No hace mucho viento pero el suficiente para dar un paseo hasta la isla de Santa Marina, un bordo hacia Mouro y volver.

Me entretengo con la vieja máquina de fotos y hago un vídeo de un par de viradas. ¡Como se nota que no hay viento!. El barco algo anda pero no deja ni estela.


A la vuelta ya hay más gente en la bahía, en el Puntal ya hay algunos barcos, unos "Nacras" americanos y australianos entrenando el mundial, raqueros de escuelas de vela y un "party-boat" con cantidad de gente pidiendo más alcohol.

martes, 15 de julio de 2014

Martes

Martes, día entre semana, sin niños, hace bueno, nordeste . Después del trabajo, nos pasamos por el supermercado, compramos un  poco de comida y bajamos al barco.

Al bajar el bote en el puerto, con la driza del espi, se ha roto el puente del palo, donde estaba la polea de la driza, se conoce que estaba más preparado para trabajar en horizontal, que en vertical con el peso del bote. Aunque solo pesa 26kg, debería haber resistido.

A la salida de Puertochico, cuando doblábamos el pantalán de hormigón, nos cruzamos con un crucerote inglés de unos 50 pies, el tío iba por su izquierda y no se quitaba. Yo me mantenía por la derecha, casi nos aplasta contra el pantalán de hormigón. Cuando se dio cuenta, rectificó el rumbo y me pidió disculpas. Se conoce que desde Inglaterra no había pasado por una canal "continental" y a lo mejor es que en el mar también circulan por la izquierda. Como estaba la marea muy baja, se quedó varado en Puertochico, y tubo que salir marcha atrás. Justo castigo a su perversidad.


Por lo demás, sin novedad. Fondeamos entre la canal del Puntal y la de Pedreña, comimos y tomamos un poco el sol. A la vuelta tuve que subir el bote "a mano", tampoco costó tanto.

domingo, 13 de julio de 2014

La Campanuca II

Después de haber contado la expedición de ayer en casa, y para aprovechar las mareas de estos días, hoy hemos repetido el desembarco en la Campanuca, pero en familia.

Soplaban oestes, y fuimos a amarrarnos a la boya que tiene mi tío Paco en el fondeadero de la playa de los Peligros. Mucho más cómodo porque agarras el cabo con un bichero y ya está. Te quitas el cuidado de fondear, que si garrea, que si se engancha el ancla en el fondo, tener luego que izarla, etc.

Ya estamos, amarrados.

Nos comimos una tortilla de patatas con bacon y nos pusimos las botas.
El olorcillo del bacon sale de la cocina.

Unas a la tarea.

Y el otro con el trabajo casi finalizado.

Después de recoger, nos soltamos del muerto y fuimos a la Campanuca, por el Páramo, con la marea muy alta, un rato a vela con un rizo y el génova medio enrollado para que no se ponga nerviosa la tripulación, y otro rato a motor, sobre todo al acercarnos que, aunque hay más agua que ayer, da un poco de canguelo atravesar las antiguas escolleras que hay fuera de la canal de Astillero.

 Desembarco en la Campanuca.

Cogimos las plantas para hacer la colonia y Sofía estuvo, como no, cogiendo flores para un ramo. Dimos una vuelta de reconocimiento y nos hicimos unas fotos.

 Hemos conquistado la isla!


Cuando regresamos al barco, los chicos nos bañamos, merendamos y volvimos a Santander a motor, Sofía se durmió abajo. A última hora se había puesto la nube y hacía un frío que pelaba. Llegamos a Puertochico a las 20:00.

sábado, 12 de julio de 2014

La Campanuca

La Campanuca es la isla más grande de las tres que forman el archipiélago de San Juan. Este idílico archipiélago está deshabitado, es de formación caliza y está cubierto por encinas costeras. Pues no está muy lejos, se encuentra en la bahía de Santander, al norte de la isla de Pedrosa y a unos 30m de la costa este de la canal de Astillero. Son más conocidas por kayakistas y senderistas. Con mareas bajas es accesible andando, pero con mareas vivas como la de hoy, en la pleamar se puede acceder en barco y es un fondeo muy agradable.

A la isla de la Campanuca fue el Savreh hoy, con el grupo de Carpediem, de tripulación, una doctora, dos niñas de 10 y 11 años y yo. La flota la componíamos cuatro barcos, dos de Puertochico y dos de Marina del Cantábrico. Hizo una tarde con muy buen tiempo, después de una semana lloviendo.

Salimos de Puertochico con vientos suaves del norte fuimos a vela hasta la isla, excepto un tramo que hicimos a motor para alcanzar a la flota. Fondeamos a unos 50m de la isla excepto el Cherne, que tiene 32 pies y al calar más, no se atrevía a aventurarse fuera de la canal de Astillero. 


 
El Billy Budd y el Corto Maltés.

Vinieron dos socorristas de la Cruz Roja, y en varios viajes en la zodiac, nos desembarcaron en la Campanuca a todos los niños, médicos y tripulantes. En la isla, los niños estuvieron cogiendo unas plantas que luego metían en alcohol y se convierte en una colonia con olor a anís.

Luego escalamos a la cumbre, que está a unos 15m de altura y desde ahí se divisaba todo el archipiélago y la costa de Pontejos, la bajada fue más difícil.

Desde lo alto se puede ver la segunda de las islas en la que por lo visto hay una cueva utilizada como escondite durante la guerra civil.

El Billy Budd y el Savreh.

Como la bajamar nos acuciaba, sobre todo al Savreh, que era el único con la orza fija y no me hacía gracia quedarme a cenar, nos fuimos los primeros y fondeamos junto al Cherne, al borde de la canal de Astillero. Allí las niñas se bañaron y luego merendaron. Mientras, nos pasó un avión que aterrizaba en el aeropuerto de Parayas por encima. Por lo visto, si el palo del barco mide más de 8m, hay que pedir un permiso al aeropuerto para que te digan cuando puedes pasar. ¿Alguien lo pide?.

El avión con el tren de aterrizaje, preparado para aterrizar.

El track de la expedición.

NOTA PARA EXPEDICIONES POSTERIORES: según el gráfico de mareas, nos hemos ido de la Campanuca sin pegar en el fondo a partir de 4,10m.

domingo, 6 de julio de 2014

Carpe Diem

Ayer sábado el Savreh participó en una actividad organizada por el pediatra Álvaro González de Aledo, consistente en en que niños del aula hospitalaria del Hospital de Valdecilla, con apoyo del servicio de oncología pediátrica salgan a navegar a vela en barcos de crucero.
La actividad es a título particular y voluntaria y sin apoyo institucional.
En cada barco hay un capitán (el dueño del barco), un médico o enfermero y los niños que quepan, según el tamaño del barco. El capitán se ocupa del barco y de enseñar a los niños los asuntos naúticos. El médico les atiende, les ayuda a cambiarse y a tomar la medicación que necesiten, etc. 

En el blog, no colgaré fotos de los niños, ni escribiré sus nombres, por aquello de la protección de los menores, protección de datos, etc. Vamos, por lógica discreción.

Este sábado participamos cinco barcos, en el Savreh, fuimos una doctora, dos niños de 9 años y yo.


No nos conocíamos ninguno, quedamos en el malecón de Puertochico, primero nos encontramos la doctora y yo, luego un niño con su padre y al otro le tuvimos que llamar por teléfono porque al no reconocernos se fue a otro sitio.

Quitamos el bote, nos preparamos y salimos de Puertochico a popa (en contra de la predicción, soplaba nordeste) para encontrarnos con los barcos que bajaban de Marina del Cantábrico. Fuimos al puntal ciñendo, había bastantes barcos por la bahía y estuvimos ensayando la maniobra de virada. Los grumetes resultaron ser muy majos, y con uno de ellos no te aburres seguro, no callaba, no me atreví a dejarles la caña, luego a la vuelta si que la llevaron.


Quedamos por radio y fondeamos todos juntos en la esquina que forman la canal de Pedreña y la canal del Puntal.
De izquierda a derecha: el Corto Maltés, el Jarmatán, el Kalama y el Cherne.

Los niños, después de que me hicieran probar el agua a mi primero, se bañaron, luego vino un bote y se llevó a los que quisieron al Puntal. Uno de mis grumetes se quedó en el barco y le estuve enseñando a tomar la posición con el compás de marcaciones. El chaval lo clavó, como veis en la foto.


A la vuelta, quedaba poco viento, volvimos a vela en popa pasando primero por la playa de los peligros. Los grumetes se turnaron a la caña, yo creo que se lo pasaron en grande (yo también).

jueves, 3 de julio de 2014

Laredo - Santander

30 de junio de 2014
Distancia: 21,2 Mn
Duración: 5h 13´
Avs: 4,1 knt
Max: 5,8 knt



Como veis, he conservado el track.

Este lunes, después del trabajo, mi hermano Álvaro nos llevó a Javier Vidal, compañero de trabajo y a mi a Laredo. Salimos sin más preámbulos para aprovechar el nordeste que estaba soplando, que pronto caería.

La vuelta a Santander tenía mejor pronóstico y sería mucho más tranquila que la ida a Laredo. Iniciamos la travesía a las 16:27 con rumbo N, a motor, el viento daba para ir ciñendo, pero nos podía la prisa. De repente y sin preguntar, un pesquero que se encontraba a unos 100m se puso a montar un cerco con las redes, no sabíamos si nosotros íbamos también a ser cercados, pero mantuvimos el rumbo y por suerte, no caímos en sus redes.

Hasta que no estuvimos al E del Faro de la Punta del Pescador no izamos las velas, para ir derechos a Cabo Ajo a vela, con la ola de viento a favor, a unos 5 nudos.


Al poco de salir nos cruzamos con este crucerote que entraba a Santoña o Laredo.

Los pesqueros que estaban fondeados ayer y antes de ayer ya no estaban, pero tuvimos que sortear un montón de palangres.

Javi atento a la maniobra.

Íbamos a orejas de burro, con el génova entangonado a barlovento. Poco a poco el viento iba cayendo y el ritmo era más tedioso. Javi se sintió algo "indispuesto" y después de dar de comer a los peces, se acostó en la bañera. Al poco, sólo se oían las olas y algún ronquido.

Cabo ajo al fondo.

El viento fue rolando al N y quitamos las orejas de burro, cuando llegamos a Cabo Ajo, prolongué un poco el rumbo de 300º  que nos daba algo de velocidad, a ver si daba mejor para entrar a en la bahía. Cuando enfilamos Santander, ya casi no andábamos, íbamos a unos 2 nudos y a ese ritmo llegaríamos a las 12:00. No sé si se suele hacer, pero se me ocurrió entangonar el génova a sotavento para que no flamease mucho con las olas, parece que aguantamos un poco más. 

Al final claudiqué, no quería entrar de noche, más que nada, por no montar las luces de posición que lleva el barco, que son a pilas, y es un poco rollo. Metimos motor y al poco, Javi se recuperó y me dio un poco de palique, pasamos el Faro de la Cerda justo cuando se encendían las luces del puerto.


Entrada a Santander, a motor. Al fondo, la Magdalena.

Después de sortear otros tantos palangres (debía ser la marea), entramos en la bahía y amarramos a las 21:40,  todavía había luz. El Savreh estaba de nuevo en Puertochico.



miércoles, 2 de julio de 2014

Intento fallido

El domingo teníamos planeado volver a Santander, el pronóstico ha empeorado, por la mañana hay vientos del W de 18-20 nudos y ola del NW de 2m. Por la tarde, a partir de las 15:00 irá cayendo el viento y la ola muy poco a poco. Para el lunes en cambio dan nordestes suaves y poca ola. Lo mejor para volver.

No sabemos que vamos a hacer, si intentarlo hoy o dejarlo para mañana, de momento, nos vamos a desayunar y a dar una vuelta, el día está soleado y paseando por Laredo parece que hace muy buen día. Vemos el mercadillo, la parte antigua, la puerta de Bilbao, el Convento de las Trinitarias, el viejo hospital y la Casa Torre de Cachupín. También descubrimos en la calle, una máquina expendedora, de esas que tienen unas espirales que te sacan el producto que elijas, que lo mismo tenía cebo vivo (gusanas para pescar) que "peta-zetas", que caramelos en bolsas compradas al peso en otro sitio. Imaginaros que un niño se equivoca de número al elegir los "peta-zetas". 

Acabamos el paseo asomándonos al malecón del nuevo puerto. Se ve que fuera sigue pegando fuerte y "borreguillos" a lo lejos.

A las 12:30, que es la bajamar, me baño y buceo en el puerto intentando recuperar el manómetro y la válvula del bote que se fueron ayer al agua. El fondo está a unos 3,5m y a pesar de que al primer intento bajo bien y me quedo un buen rato abajo buscando, no encuentro nada y tengo que volver a bajar. Cada intento me cuesta más y aguanto menos tiempo. A la quinta vez me doy por vencido. Tendré que "bucear" por internet a ver si tengo más éxito.

El viento sigue sin caer, así que nos damos otro paseo y tomar una caña y volvemos al barco a comer. Decidimos que vamos a intentar salir. Se supone que el viento irá cayendo durante la tarde y la ola va a ir a menos.

Salimos a las 15:00 con el barco, a motor, de ceñir ni hablamos. Nos vamos directamente a la protección del Buciero y vamos pegadísimos a las piedras para evitar el W. Cuando asomamos la nariz afuera, no hemos visto todavía el faro del Pescador, la ola es muy alta y pega mucho viento, el motor no da para más y andamos a unos dos nudos. Si seguimos así, podemos tardar un montón en llegar a Santander con la ola y el viento en contra y como en una coctelera, así que con mucho cuidado nos damos la vuelta. A las 16:00 ya estamos otra vez en el puerto. Esta vez atraqué con más cuidado, en el mismo sitio.


Registramos la estancia del barco un día más en el puerto, con el mismo tío que ayer y nos vamos a la estación de autobuses. A las 18:30 llegamos a Santander. Mañana habrá que volver a Laredo a traer el barco. Ya estamos otra vez intentando encajar la agenda. 

martes, 1 de julio de 2014

Santander - Laredo

El sábado 26 de julio, nos disponemos a hacer nuestro primer crucero con el Savreh de Santander a Laredo.

Hemos dejado a los niños con los abuelos y estamos Mar y yo solos.

El pronóstico meteorológico no es muy bueno, pero me estoy dando cuenta que lo más difícil de navegar, no es el navegar, si no encajar todo para poder navegar (niños, trabajo, tareas pendientes, compromisos...). Windfinder dice que habrá vientos muy suaves (4, 5 nudos) del W hasta las 14:00 y que a partir de esa hora, aumenta el viento a 16 nudos con rachas de 20.

Salimos a las 11:00, izamos la mayor y vamos a motor.



Salida de Puertochico.

Hasta Cabo Ajo seguimos a motor, poca ola y muy poco viento real del W, que con la marcha se convierte en un viento aparente nulo. Largamos una cacea por la popa para probar suerte, pero vamos demasiado deprisa para pescar, a unos 5,5 nudos.

Pasado Cabo Ajo, a las 12:30, comienza a refrescar del W,  desenrollamos el génova y vamos a orejas de burro.


A partir de Quejo, vamos a toda pastilla, no llevamos orejas de burro, hacemos un rumbo de 120º y con el viento W, va la mayor y el génova a babor, pero el génova totalmente desventado. Hacemos unos 6,5 nudos de velocidad (el gps marcó puntas de 7,5 nudos) con la ola a favor. Vamos muy bien y Mar se adormece y se hecha un rato abajo. Llueve un poco y me pongo la ropa de aguas.

Dejamos a toda velocidad la boya amarilla y negra que marca el extremo del emisario submarino de Argoños y pasamos  el faro de la Punta del Pescador en el monte Buciero, en Santoña.



Faro de la Punta del Pescador, en el monte Buciero.

Doblando el monte Buciero nos vamos poniendo poco a poco con rumbo 180º, enfilados ya a la boca de la Marina de Laredo. Contamos hasta nueve pesqueros fondeados al socaire del Buciero, esperando para entrar en la lonja de Santoña, por lo que vimos al día siguiente en la prensa, venían de Azores, de pescar bonitos.

Mientras estamos doblando el Buciero, el viento está cambiante, tan pronto estamos desventados como de popa, como de través. Pasamos por el faro del Caballo, al que se accede por unas escaleras de 700 peldaños muy empinados desde el sendero que rodea el Buciero y 100 más si quieres bajar al mar.


Faro del Caballo.

Pero ahora viene la sorpresa. Cuando salimos del desvente del monte Buciero y seguimos sorteando pesqueros, de repente entra todo el viento del W, que nos da de través, no nos habíamos dado cuenta del viento que hacía realmente hasta ahora. Se me va de orzada dos veces y los de los pesqueros nos miran alucinados. Decidimos que ya es suficiente y enrollamos en génova y arriamos la mayor. Continuamos a motor y nos calamos con los rociones de agua. El barco se tumba, a pesar de ir sin velas.

Bocana del puerto de Laredo.

Entramos en el puerto de Laredo por el Sur, y luego giró al W, que con el viento de popa y con el motor en punto muerto seguimos en una carrera loca pasando pantalanes vacíos. Llamo varias veces por VHF al canal 9, y me contesta alguien que es que están comiendo (tienen horario de oficina) que con la que está pegando, que me amarre donde quiera. Busco el sitio más favorable en el que pueda quedarme parado, más o menos al fondo del puerto y "aterrizamos" bruscamente pero sin daños a las 15:10.  Mientras sacaba las amarras del cofre de popa, se me fue al agua la válvula y el manómetro del bote.

Al día siguiente comprobé por internet que las 15:30, justo cuando acababamos de amarrarnos en Laredo, en el aeropuerto de Parayas se registro una fuerza media del viento de 24 nudos y rachas de 37.

Comimos en el barco, para pasar el susto y nos echamos una siesta, Había un ruido tremendo de drizas golpeando y el viento silbando,  el barco se movía un montón a pesar de estar bien amarrado. A pesar de todo, nos dormimos.



Por la tarde, nos registramos en el puerto, nos atendió un tío que no tenía mucha prisa (el mismo que estaba comiendo cuando llamamos por VHF), tardó media hora en rellenar los datos de nuestro barco, nos dio una tarjeta como las de los hoteles para acceder a los pantalanes y una llave para las duchas, que resultaron ser unas casetas de obra dentro de un hangar para carenar barcos y al que puede entrar el travelift.

Fuimos a dar una vuelta por Laredo, y como eran las fiestas de San Pedro, nos metimos de lleno en una sardinada que ofrecía una peña en una plaza de la parte antigua. 



Dimos buena cuenta de las sardinas, que estaban riquísimas, pero luego fuimos a cenar a un restaurante, "El Tunel", allí nos apoderamos de un enchufe y cargamos los móviles y el gps. El más escaso de batería era el de Mar, que echaba humo por el whatsapp.

Nos fuimos a dormir al barco. Había caído el viento totalmente y no se movió nada durante toda la noche, parecía que estaba en seco.

Se me olvidaba: no he podido colgar el track porque he comprobado que la aplicación de NAVIONICS que tengo en el móvil que uso como gps guarda el último trazado sobre el anterior, a pesar de que tenga diferente nombre. Os enseñaré el trazado de vuelta.