lunes, 29 de septiembre de 2014

Invernaje

Bueno, parece que se acabó lo que se daba. Aunque aún saldrán buenos días, ya no serán lo mismo. Hay que empezar a pensar en el invierno, recoger y reparar el barco de los daños, el uso y el desgaste que ha sufrido durante el verano.

De momento, nos hemos llevado el bote a la casa que tienen mis padres en el pueblo. Ha estado todo el verano en la proa. Lo dejaba boca arriba porque era más fácil izarlo desde el agua y encajarlo entre los candeleros, se llenaba de agua cuando llovía y de vez en cuando había que achicarlo con una esponja. La verdad es que ha prestado un gran servicio. Gracias al bote, hemos podido desembarcar en las playas, en los arenales, en Mouro, en la Campanuca... Todavía quedan muchas expediciones pendientes así que hay que cuidarlo para que dure muchos años. 
Lo deshinchamos, lo plegamos y lo metimos en el maletero del coche.

Al pasar junto a los arcos del malecón de Puertochico, con la marea baja, vimos una estrella de mar adherida a una de las paredes.






Ya tierra adentro, a 42km del mar, en el jardín, volví a hinchar el bote sin mucha presión de aire, lo limpié con la manguera, lo dejé secar y lo he guardado en el cuarto de la caldera, apoyado contra la pared.


Queda una larga lista de cosas pendientes para este invierno, a saber:

- Barnizar con LASUR los cuarteles y la caña de madera.
- Limpiar el barco por dentro, lavar las toallas, tirar la comida caducada y las cosas inútiles.
- En otoño, sacar del agua el motor, limpiarlo y pintar la cola con patente específica.
- En primavera, volver a sacar el motor y llevarlo a que le cambien el aceite, le regulen el ralentí y lo revisen.
- En primavera, sacar el barco del agua (lo haré coincidir con lo del motor), limpiarle los fondos, darle patente a la obra viva y pasar la inspección ITE que le toca en 2015.
- Durante el invierno quitar el génova y la mayor.
- Arreglar la mayor que está muy vieja y llena de parches.
- Bajar el palo y volver a colocar un cáncamo para la driza del espí, que se rompió al usar la driza para izar el bote. Colocar también una mordaza en la base del palo. Colocar el reflector de radar por encima de las crucetas y atarlo con bridas.
- Volver a traer el bote.
- Volver a colocar las velas.

Como lista provisional, no está mal. Poco a poco, tampoco hay que hacerlo todo a la vez. Ya os iré contando.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Medal races

Este domingo ha sido el último día del mundial de vela, como actos finales, se celebraban las "medal races" (las regatas finales) de las clases 49´er, Finn y Nacra. Los recorridos estaban montados dentro de la bahía, cruzando la canal, para que los pudiese ver el mayor número de personas. La baliza de barlovento frente a la duna, la línea de salida y la baliza de sotavento al borde de los arenales. 

Nosotros a lo nuestro. Nos dimos un paseo por las casetas, hasta Gamazo para disfrutar del ambiente, ya que era la última oportunidad por ser el último día. Cuando volvimos, los niños se comieron el bocadillo en el club marítimo mientras nosotros nos tomamos una caña viendo la final de los 49´er.


Los Finn han acabado y los Nacra (con los genaker de colores) se preparan para tomar la salida.

Ya en el barco, salimos de Puertochico para ir al Puntal pero no se podía ir recto, había que rodear el campo de regatas, al final y viendo el ambiente, fondeamos en los arenales, al borde de la canal, junto con los demás barcos que estaban viendo las regatas. Allí, fondeados, comimos Mar y yo mientras vimos la regata de Finn y la de los Nacra, siempre más espectaculares, pero hoy con poco viento. Esta regata fue la última del mundial y la ganó un barco suizo.

La salida de los Nacra.

Cuando acabaron las regatas, y salió todo el mundo de estampida, nosotros nos fuimos al Puntal a motor, fondeamos y me bajé con los niños a la playa para que jugasen un rato. En la playa estaban dos compañeros suyos de clase, también hermanos, Ignacio y su amigo se bañaron, Sofía y su amiga hicieron un castillo de arena. Estuve un rato hablando con su padre, que  tiene un First Class 8 que se trajo de Suiza y tiene todo el aparejo, palo y acastillaje originales.

Volvimos a vela, con la mayor y el génova, soplaba nordeste flojo. Ignacio llevó la caña durante todo el trayecto, hasta la bocana de Puertochico.

Ignacio, concentrado a la caña. Al resto de la tripulación se les ve más relajadas.

El Savreh llegando a Puertochico, con Ignacio a la caña, aclamado por la multitud  agolpada en las gradas de la duna. Suena épico eh?.

martes, 16 de septiembre de 2014

Mouro

La isla de Mouro es un islote rocoso que se encuentra en la entrada a la bahía de Santander. Divide la entrada en dos, la boca chica, más estrecha y con menos calado y la boca grande, más ancha y que conduce a la canal principal, que es utilizada por los mercantes. En la isla hay un faro, que en los temporales de invierno, es sobrepasado por las olas. Antiguamente, el faro era mantenido por dos familias que se turnaban semanalmente y que por lo visto, no se hablaban entre si.

Uno de los objetivos del verano, con el bote nuevo era el de desembarcar en la isla de Mouro con los niños. Este lunes era el día idóneo, no había viento ni olas. Por cierto, era la fiesta de la Bien Aparecida y no había ni colegio ni trabajo.

En el viaje de ida, nos cruzamos con un montón de zodiac de todos los países, cada una traían a remolque al menos dos RS:X (las tablas de windsurf). También vimos la carpa y el trozo de playa de los Peligros que hace de base de los Nacra que son unos catamaranes de dos tripulantes, chico y chica. Es la embarcación más rápida, tienen una superficie vélica mayor que el Savreh y pesan una décima parte, imaginaos.

La carpa de los Nacra que han habilitado en la playa de los Peligros.

Llegamos a Mouro, fondeamos con un orinque por si se quedaba el ancla enganchada en una roca, nos bañamos y comimos. El agua era transparente, se veían todos los peces pasando por debajo del barco, pasaron incluso unos buzos. Buceando entre las rocas podías ver pequeños bancos de lubinas, jargos y otros peces.

Al fondo, en el campo de regatas de la playa de Loredo, veíamos pasar a los 49´ers, pero hoy tenían poco viento y se oían constantemente los bocinazos del juez de regatas aplazando las regatas.


Los 49´er con el espi, en el campo de regatas de Loredo, visto desde Mouro.

Después de comer, desembarcamos en la isla. La isla de Mouro tiene una pequeña ensenada, en la que hay un pequeño muelle, una cadena y varios puntos a los que te puedes amarrar. El fondo de la ensenada es de roca, en cambio un poco más afuera, donde fondeamos, es de arena, pero justo enfrente de la ensenada, a los laterales, vuelve a ser de roca.

El bote, amarrado al muelle, dentro de la ensenada de la isla.

Para subir al faro hay una escalera, la mayor parte de los escalones están tallados directamente en la roca. 

Cuando llegas al faro, a duras penas puedes rodearlo andando, pegado a la fachada, pues el resto de la isla esta repleto de grietas en la roca y es peligroso. De hecho, la mayor parte de la isla, está hueca y entre las oquedades, en  los temporales de invierno sale el agua impulsada hacia arriba, con la fuerza de las olas. 

Abajo, la ensenada, con bastantes barcos. Al fondo la bahía de Santander con el monte de Peñacabarga.

A principio del verano, en época de cría de las gaviotas, la isla es un hervidero de nidos, polluelos y gaviotas trayendo comida, si te acercas a la isla, las gaviotas maduras te atacan para defender a sus polluelos. Ahora, al finales del verano, ya no queda ninguna.

 Hemos llegado al faro.

En la antigua casa del farero, que actualmente tiene todas las ventanas tapiadas, se veían los destrozos de los últimos temporales de este invierno en forma de grietas de bastante consideración.

  La base de la isla está hueca, con la bajamar quedan descubiertas las cuevas.

Después de la excursión a la isla, nos bañamos de nuevo, nos secamos, merendamos y volvimos a casa, de nuevo a motor porque no soplaba una gota de viento.


Adiós Mouro!

domingo, 14 de septiembre de 2014

Boya 16 y la historia de la pala del timón.

Este sábado el Savreh salió de nuevo con el grupo de Carpe Diem, con un niño de 8 y otro de 5 años. Esta vez conseguí convencer a Ignacio para que viniese con nosotros y se lo pasó muy bien.

Salimos a vela y pasamos por al lado del buque de aprovisionamiento de combate Cantabria, que estaba amarrado en los muelles de Cantabriasil. Está en Santander para el mundial de vela, que ya ha comenzado y se puede visitar. Nos saludaron los marineros y a los niños les hizo mucha ilusión.

El B.A.C. Cantabria.

Ignacio saludando a la tropa.

Luego fondeamos toda la flota alrededor de la boya 16, al S del pantalán de Calatrava porque una motora con un "donut" iba a pasear a los niños que quisiesen. Había mucha corriente de la marea que subía y un par de barcos garrearon. Yo con el "porsiacaso" ni me moví. Ignacio no se apuntó a lo del "donut" y nos quedamos en el barco, se puso a llover y nos metimos dentro. 


El pantalán de Calatrava y la boya 16 (roja por ser par) que delimita la canal de Astillero.

Al rato apareció la zodiac de la Guardia Civil, porque entre niños y adultos, en la motora iban 10 y estaba despachada para 6 personas, les pidieron los papeles, pero al final se quedó en un apercibimiento. También fueron a reñir a uno de los barcos, que estaba fondeado unos metros por dentro de la canal, al lado de la boya 16. Hay que fondear fuera de la canal. Las normas son para todos y hay que cumplirlas.


La flota fondeada por detrás de la boya 16


Cuando volvieron los niños de dar botes en el "donut" se secaron, merendamos y nos fuimos al Cherne a través del Corto Maltés. En el Cherne, que es más grande, Ignacio se puso a jugar con otros niños al parchís y al juego de la oca, le pusieron fanta naranja y patatas fritas, estaba encantado.

Volvimos a Puertochico a motor cuando estaba casi anocheciendo y en el pantalán estaban Mar y Sofía esperándonos. 

Estuvimos hablando con A.P. que había participado también esta tarde en el grupo de Carpe Diem. Nos contó que el había tenido un Etap 23i y que lo había disfrutado mucho. Nos contó también una inquietante historia sobre el barco. El caso es que la pala del timón también está rellena de espuma de poliuretano, para que flote. A él se le deslaminó yendo hacia Santoña, se metió el agua por dentro de la pala y se le abrió en dos. Al final se le partió. Tuvo que pedir remolque y lo pasó muy mal.

No sabía de esta aventura y en los foros de Etap franceses y belgas que ojeo por internet, no he visto que nadie haya tenido ese problema. El invierno pasado yo detecté una grieta en el lado de babor de la pala y la llevé a laminar. Le recortaron bastante sección de fibra y la laminaron de nuevo, creo que ha quedado muy bien y espero no tener ese problema.

La pala de timón cuando la llevé a laminar, con toda la sección que lijaron. El el centro ya se ve, un poco más amarillo, la espuma de poliuretano.

Luego, ya de noche, nos fuimos a dar una vuelta por las casetas del mundial, que estaban repletas de gente.

lunes, 8 de septiembre de 2014

A la tripulación hay que tenerla ocupada

El domingo pintaba de cambio. A las 21:00h el pronóstico anunciaba lluvias y cambio de viento. Teníamos que hacer cosas y no salimos hasta las 16:00h. 
Como no me fiaba, no quería fondear en la playa de Pedreña, porque si rola el viento al NW, te quedas fondeado con la playa a sotavento, poco fondo y la marea bajando. Así que nos fuimos al puntal que tiene más margen de maniobra. Nos encontramos a mi hermano Álvaro, que bajaba del río Cubas con la motora.

El bote y al fondo, el Savreh fondeado. Las nubes no indican nada bueno.

Sofía, mucho más lista, se quedó en la playa haciendo un castillo de arena.

Bajamos a la playa y nos bañamos. Al rato, y sin dar tiempo a que nos secásemos, cambió de NE a W. Hacía frío, regresamos a todo correr al barco, y nos secamos. Los niños merendaron y los mayores nos tomamos un café calentito. Cuando estábamos dentro despistados, nos saludó N.P. por la popa y levantó arena con los motores. La marea estaba bajando, nos habíamos despistado y estábamos a punto de tocar con la orza. Levamos anclas enseguida y nos fuimos.

Nos cruzamos con este remolcador que tiene base en Santander, por su forma, no se sabe si va o viene, parece que va hacia la derecha, pero por su estela, en realidad va hacia la izquierda. 

Cuando llegamos a Santander, y como Ignacio se muere de ganas por jugar con la manguera todos los días, le he enseñado a endulzar el ancla y la cadena en el pozo. Así por lo menos, mientras baja, abre la válvula, desenrosca la manguera, sube, etc, lo mantengo ocupado y no se amotina.

 A la tripulación hay que tenerla ocupada.






sábado, 6 de septiembre de 2014

La duna

Hoy sábado hemos ido de nuevo a la playa de Pedreña, con una pleamar alta a las 14:30 que dejó casi cubierta la escollera de la canal. Aprovechando que estábamos solos en el fondeadero, he realizado algunas labores de "saneamiento" con el WC químico. Ya escribiré un día al respecto, porque tengo ganas, pero no hay una sola marina en Santander acondicionada al respecto. Nos hemos bañado por la mañana, antes de comer y luego por la tarde.

 En la pleamar, la escollera casi no se vé.

Sofía está un poco tocada del estómago y casi no ha comido, tampoco se ha bañado.

 Ignacio y Sofía durante "la siesta", después de comer.

A las 18:30, cuando quedaba meda hora para quedarnos varados, volvimos a Santander a motor. Vimos al grupo de Carpe Diem que estaban fondeados en el lugar habitual.

 Los cuatro barcos que hacían hoy el grupo de Carpe Diem.

Entrando en Puertochico, vimos la duna de Zaera, que la han abierto al público esta semana. 
Alejandro Zaera es un arquitecto estrella, que se hizo famoso a raíz del proyecto de la terminal de ferrys de Yokohama.

La duna, vista desde el agua.

La duna, es una grada con vistas a la bahía, se supone para ver el mundial de vela. Que digo yo, que dependerá de donde coloca el juez de regatas las balizas conforme el viento que sople ese día. En ese sentido, y coincido con la gente que he hablado, no le veo la utilidad. El interior de la grada sirve a su vez de almacén para el Centro de Alto Rendimiento de Vela. Tampoco tiene mucha altura, por lo que las distintas clases de vela ligera, no caben con los palos aparejados. En ese sentido tampoco le veo la utilidad.
 Las gradas de la duna, con vistas a la bahía. Foto del Diario Montañés.

Esta grada se ha construido, a la vez que se ha adecuado el entorno del dique de Gamazo. Es este dique, se construyeron muchos barcos hasta hace unas décadas. En los últimos años se encontraba criando herrumbre la vieja draga "Loretto".

Comenzaron por desguazar la grada. Posteriormente retiraron la compuerta, que fue reparada en el carro varadero del Barrio Pesquero. Durante unos meses estuvo el dique inundado y un día que salí solo en el barco, estuve tentado de entrar en el y hacer alguna foto. Era una ocasión única que no se volverá a repetir, pero no me decidí.

 El dique y la compuerta. Foto del Diario Montañés.

El fondo del dique. Foto del Diario Montañes.

También han restaurado la caseta de bombas. Un bonito edificio de ladrillo visto haciendo dibujos geométricos, huecos enmarcados en sillares y cubierta de teja plana. La caseta de bombas, la han destinado a museo o "centro de interpretación" como se dice ahora.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Misioneros y caníbales

Llevamos cinco días de nordeste, con buen tiempo. Ayer martes, estuvo soplando desde el alba hasta la puesta. No se cumplió lo habitual, que es que el nordeste salga a las 12:00 del mediodía y a eso de las 19:00 vaya cayendo. "No hay nordeste que a las siete no se acueste".

Hoy ha sido el primer día que Ignacio ha traído un amigo al barco. Estaba muy emocionado y estaba todo el rato saltando y poniéndose de pie donde no debía. 

Salimos a las 16:30 de Puertochico y fuimos derechos al Puntal, fondeamos justo en la bajamar después de un intento fallido en el que me volví a quedar justo encima del ancla de la motora de sotavento.

Bajé a los tres niños a la playa en el bote. Mar fue nadando. No nos atrevíamos a hacer dos viajes en el bote y dejar a todos o alguno de los niños solos en el barco o en tierra. Como en el problema de los misioneros y los caníbales que tienen que cruzar el río en un bote, lo que pasa es que en el problema, no se cansa nadie de remar y se pueden dar todos los viajes que se considere.

Un misionero con tres caníbales.

Estuvimos en la playa hasta que se nubló, volvimos al barco y merendamos dentro porque estaba refrescando.

Volvimos a Santander a vela, con la mayor también ya que hacía muy poco viento. Eramos pocos en la bahía y nos picamos con otro barco que también volvía con el génova y a motor. La tripulación se indignó mucho porque no habíamos puesto el motor además de las velas.

La vuelta a Santander en una "trepidante" regata y secando las toallas.

Cuando estábamos recogiendo, después de amarrar, se puso a llover, pero ya nos fuimos a casa.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Ultimo día de agosto

Hoy es el último día de agosto y se acaban las vacaciones, pero lo bueno de Santander, es que sin estar de vacaciones, se pueden aprovechar los días de trabajo por las tardes o los fines de semana e ir ganándo días de playa y barco al verano.

Estaba de nordeste, pusimos proa a la playa de Pedreña. Por la canal, entrando en Santander nos cruzamos con el Bon Temps que venía a todo trapo. Es un barco clásico de madera botado en 1926 y este año le han puesto el palo mayor nuevo con un pino de Soria de más de 100 años.

El Bon Temps.

Cuando ya estábamos por la canal de Pedreña, nos cruzamos con la procesión de la Virgen de Latas. Es la Virgen de la iglesia de Latas, en Somo, y la sacan en procesión por la bahía, en la proa de una Pedreñera, mientras por los megáfonos rezan un rosario y cantas canciones marineras. La acompañaban otras dos pedreñeras y otras embarcaciones.

La Virgen de Latas en la proa de una pedreñera.

Fondeamos a vela y tuvimos que repetir el fondeo porque calculé mal la longitud de la cadena y el cabo del ancla y nos quedamos a 5m a barlovento de un Cornish cuyo dueño me miraba con cara de preocupado. Aunque con el "porsiacaso" seguro que no me iba a mover, enseguida nos fuimos a sotavento del mismo.

Bajamos los cuatro a merendar a la playa, nos bañamos un rato y los niños estuvieron jugando en la arena. 

He notado que el bote ha perdido un poco de presión después de dos meses, supongo que será por las costuras, espero que no vaya a más.

 Así está el pantalán de hormigón de Puertochico con motivo del mundial de vela, (además de las zodiac que están en los muertos frente al Promontorio).