sábado, 29 de noviembre de 2014

La vuelta al mundo en un Etap 21i

Estos días ha caído en mis manos un viejo artículo de la revista "Voiles et Voiliers" que narra la vuelta al mundo de una familia alemana en un Etap 21i, el siguiente modelo que sacó el astillero al Etap 22i, que se dejó de fabricar.


La proeza la realizaron Hans y Carola Habeck y su hijo Andreas en el Wal. 
Cuando salieron de Holanda, Andreas tenía 3 años. El viaje duró 3 años y recorrieron más de 30.000 millas. 

Salieron de Holanda en julio del 2000, desde Plymouth, en 6 días cruzaron el golfo de Vizcaya, bajaron a las Canarias. Después de una pequeña escala en las islas de Cabo Verde, en 24 días atravesaron el Atlántico hasta las islas del Caribe. 

En mayo de 2001 cruzaban el canal de Panamá y entraban en el Pacífico, hicieron escala en las islas Galápagos. Desde las Galápagos realizaron la travesía más larga, de 3.000 millas. Tardaron 30 días y se les partió una de las palas del timón debido al choque con una tortuga,  llegaron a salvo a Nuku Hiva, en las islas Marquesas.

Continuaron por el Pacífico, haciendo escala en Samoa y la Gran Barrera Australiana. Por el estrecho de Torres pasaron al Océano Índico, la isla Christmas, las Maldivas y hacia el Mar Rojo, donde tuvieron que cambiar el motor. Pasaron por el canal de Suez a el Mediterráneo y como tenían prisa porque Andreas tenía que escolarizarse obligatoriamente, quitaron el palo y cruzaron al Cantábrico por el canal de Midi.

                                          

El Etap 21i tiene 6,50m de eslora, 33cm (1pié) menos que el Savreh, tiene una orza en tándem que cala muy poco, la popa abierta y doble pala de timón. Para el viaje adaptaron la mayor para un tercer rizo, colocaron depósitos de agua adicionales y un piloto automático de viento. Para los vientos de popa utilizaron dos velas de proa encarriladas en el estay y dos tangones en lugar de un espi redondo o un asimétrico. Como fuente de energía contaban con unos paneles solares flexibles y una batería, suficiente para abastecerse gps de continuo y una luz blanca en el tope del palo durante la noche.
Lo más dificultoso es adaptar un barco tan pequeño a las necesidades de aprovisionamiento de tres personas, pero a pesar de ser una aventura un tanto inconsciente, y en la que tuvieron mucha suerte, es un ejemplo de que no hace falta mucho para dar la vuelta al mundo, sólo hay que echarle tiempo y ganas.

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